Elegir nuestra respuesta frente al cambio
Nuestro entorno, nuestra vida, nuestro trabajo, nosotros como seres humanos, vivimos en un contexto de cambio permanente.
Escuchamos hablar mucho del cambio desde el momento que llegó la pandemia, pero seamos conscientes que vivimos cambiando desde que hay vida en el universo, de hecho, gracias al cambio, sobrevivimos y sobre todo evolucionamos.
A pesar que el cambio es algo natural, no siempre respondemos de manera positiva, ya que el cambio asusta, y tenemos la creencia cultural errónea de que es incómodo y que la estabilidad es normal y segura.
Pero reflexionemos un poco, si nada cambiara, no tendríamos motivos para mejorar o para descubrir nuevas cosas, todo sería muy aburrido y estático.
Ahora llegan las crisis, donde todo se tambalea, donde estamos inseguros, donde empiezan a aflorar emociones como el miedo, acompañadas de la incertidumbre, y es ahí donde precisamente y de manera automática, activamos la resistencia.
Pero pensemos que, si ante cada cambio, que es inevitable, impulsáramos una respuesta adaptativa, entraría en acción y cobraría protagonismo nuestra resiliencia.
Llamamos resiliencia a la capacidad innata de adaptación de un ser vivo a una situación adversa, entonces, si resistimos, desactivamos automáticamente nuestra capacidad.
Si hablamos de nuestro momento actual (crisis + pandemia) debimos entender de manera ágil que la manera en la que trabajábamos, la manera en la que nos relacionábamos o la manera de comercializar nuestros productos o servicios, se tornó casi inviable.
Si activamos la resistencia dedicando nuestro tiempo a seguir haciendo las cosas como siempre, no vamos a avanzar, ya que nuestra resistencia no va a lograr detener el cambio.
La resistencia nos inhabilita y paraliza sin poder ver las oportunidades que vienen de la mano del cambio.
Cuando fluimos con el cambio y activamos nuestra resiliencia, activamos nuestra creatividad que nos permite transformar la crisis en oportunidad. Rediseñamos, cocreamos, rehacemos, rearmamos, probamos sin temor al fracaso y avanzamos con el cambio, le damos la mano, nos amigamos y nos volvemos a adaptar dando lugar a nuevos conocimientos y situaciones que seguramente serán mejores de las que creíamos anteriormente estables.